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Seychelles: Paraíso Terrenal

Las  Seychelles  mezclan  el lujo más sibarita de  nuestra época con la naturaleza más  auténtica,  logrando un verdadero paraíso en la tierra. Se encuentran en medio del Océano Índico al  noreste de Madagascar y casi en un 50% tienen  categoría de Parque Natural, patrimonio de la humanidad.

Para conservar este patrimonio, todas las playas son vírgenes  y la mayoría tienen zonas inaccesibles reservadas a las tortugas gigantes para que pongan sus huevos, los hoteles se construyen alejados de ellas en medio de la selva y para que no interfieran con el paisaje en lugar de tratarse de edificios se trata de cabañas o pequeños chalet en medio de los árboles. El número de coches está limitado y  el medio de traspotte más disponible es la bicicleta.

Cuando hablamos de las Seychelles lo hacemos en plural pero sin darnos cuenta de que estamos hablando de más de 100 islas (115 exactamente), alguna de ellas tan pequeñas como las de náufragos que pintan los humoristas.  Muchas son propiedad particular de ricos magnates, jeques árabes o gente del cine.

En la más grande de todas ellas, Mahé, se encuentra su capital, Victoria, que es la  única ciudad de archipiélago, donde está el aeropuerto y algunos de los más lujosos hoteles, como< los que también hay en la islas Praslin y La Digue . Tienen fama de ser los más caros del mundo y es verdad que hay hoteles de  9000 euros la noche, pero también los hay a precios razonables, sobre todo en  la playa de Santa Ana  al sur de la isla de Praslin. donde se encuentran las dos playas más bonitas del mundo. En el Jardín Botánico de Victoria pueden observarse las tortugas gigantes que solo se encuentran en estas islas y en las Islas Galápagos

Existe la etnia seychellasa, una mezcla de francés, inglés y africano, con algunas pinceladas de indios y chinos. Estas islas pertenecieron primero a los españoles que eran sus únicos visitantes  (entonces se llamaban Siete Hermanas), pero la corona española nunca las reclamó, lo que si hicieron los franceses en  1742, cuando apareció por allí una expedición francesa. Aunque  pronto les fue arrebatada por los ingleses, tan aficionados a la piratería y a quedarse con lo de otros, en aquellas época.  Los misioneros franceses cristianizaron la isla y  aún hoy  más del 90% de sus habitantes son católicos, por lo que se ven  cantidad de pequeñas iglesias por todos los lugares.

Tiene un mar con excelentes condiciones  que es así mismo un paraíso para los amantes del buceo. Su clima tropical con temperaturas que, anualmente, oscilan entre los 25 y 30ºC, con meses muy lluviosos de noviembre a mayo cuando son alcanzadas por los vientos monzónicos, es la peor época para visitarlas. Fue alcanzada por el Tsunami, lo que provocó enormes pérdidas materiales pero gracias a que fueron avisados del mismo no pereció nadie.