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ROMA LA  CIUDAD DEL MUNDO


 

 Roma  ya es uno de los primeros destinos turísticos del mundo y es sin duda la ciudad que todo el mundo debería conocer.  Visitar Roma es darse un baño de inmersión en la cultura más autentica, contemplar los más bellos monumentos, disfrutar de su apreciada gastronomía y su animada vida.

Cuando el más grande escritor alemán de todos los tiempos, Goethe,   visitó Roma por primera vez, se quedó tan deslumbrado que su viaje de fin de semana lo retuvo en la ciudad eterna más de dos meses y se fue con tanto pesar  que regresó poco tiempo después para pasar allí un año y hacer un recorrido por toda Italia. Esta experiencia la recogió en un libro de viajes de innumerables ediciones hasta hoy.

A simple vista parece una ciudad caótica, con calles pequeñas,  monumentos inmensos,  gente por todos los sitios y un tráfico ingobernable, pero capaz de seducir a cualqiierra que la visite.

Y es que Roma es la cuna del mundo civilizado. Ella inventó el término ciudad y  ella fue la primera “cívitas” ciudad del mundo, de ella proviene el término civilización. Esta aposentada sobre siete colinas  y el rió Tiber que la atraviesa le da un encanto especial. Y tiene  a menos de 20 Kilómetros el mar lo que también le  proporciona.

Pero lo que hace hoy de roma un lugar tan especial es el ser el corazón del mundo católico y a él debe su supervivencia.

Todos hemos visto la película Ben-Hur y otras muchas de Romanos en las que se ve la grandeza y suntuosidad de la Roma imperial romana, pero  en el siglo VII de nuestra era toda aquella grandeza había sido reducida a cenizas y la habían convertido en un lugar árido, húmedo y pantanoso solo habitado por los cristianos que se empeñaban en no abandonarla por ser la sede del Papa.  Fueron los representantes de la Iglesia los que hicieron de ellas la ciudad monumental que todos admiran no en vano  La Basílica del Vaticano, edificada sobre la tumba de San Pedro. es su principal monumento seguido de las otras tres grandes basílicas: San Juan de Letrán, edificada por el emperador Constantino en el siglo IV y  sede del Obispo de Roma que es el Papa, , Santa Maria La Mayor cuyo techo recubierto de oro de América fue un regalo del rey de España,  y San Pablo extramuros edificada sobre la tumba de San Pablo.

Los monumentos, religiosos o civiles,  tanto de la antigüedad, como de la edad media, o del renacimiento son tan numerosos que es imposible describirlos en un reportaje. Es necesario comprase una guía de Roma y seleccionar los más importantes. Lo mismo pasa con sus innumerables museos, aunque la ciudad en si misma es un auténtico mujseo. Lo mejor es pasearla, callejearla, recorrer sus intricadas calles, callejuelas, jardine  y  villas descansar en sus maravillosas plazas, como al piazza de  Fontana de Trevi, o la Piazza Navona, o la Piazza del Panteón. Probar sus exquisitas pastas o sus deliciosos helados y charlar con algún romano, la gente más simpática del mundo..