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Túnez, la perla del mediterraneo

En el corazón del Zagreb se encuentra esta joya repujada por la cultura árabe y la Europea a partes iguales. Hasta 1956 estuvo bajo el protectorado francés y su “charme” se percibe en los cafés, los nombres de las tiendas y en la arquitectura, la mezcla cultura y religiosa le proporciona un contrapunto que solo desaparece en el desierto.

La ciudad se divide en tres partes bien diferenciadas: La Medida, que constituye en núcleo histórico,  la parte europea que data de principios del siglo XX y los barrios modernos.

Lo más interesante para el visitante es sin duda La Medina, el corazón histórico de la ciudad, proclamada patrimonio de la humanidad en 1979. Alrededor de sus intrincadas callejuelas, se encuentran los más interesantes monumentos. baños, fuentes, mezquitas y  bellas puertas con arcos claveteadas y enmarcadas con piedras que dan entrada a palacios inimaginables desde le exterior como el de Dar Ben Abadía.

 Hay que empezar a visitarla por el lado oeste. Después de ver la plaza de La Kasbah en la que se sitúan el Ayuntamiento, la mezquita de la Kasbah y el Ministerio de Finanzas con una torre de dos relojes, se entra en  la parte central de la medina donde está su máspreciado monumento: la Mezquita Zitouna, también conocida como Mezquita del Olivo. Fue construida por la dinastía de los Omeyas en el siglo VIII y terminada por los Aglabíes en el siglo IX y se ha convertido en un templo de referencia de los musulmanes .

 Al salir de la mezquita encontraremos la puerta  este, llamada Puerta del Mar, que es la entrada simbólica a la parte europea del siglo XX, llena de pequeños cafés, restaurantes y tiendas, similares a los que prodríamos encontrar en el barrio latino de París. Su calle principal es la Avda. Bourguiba que es donde se alza la catedral católica, Correos, el Mercado Central y el Teatro Municipal un bello ejemplar de Art Decó. También está aquí el museo del Bardo de finales del IXI, que constituye sin duda el mejor museo de todo el país y en el que se encuentra la mejor colección del mundo de mosaicos romanos y lo convierte en visita obligada.

 Una ciudad en la que cualquier europeo se sentirá maravillado y a la vez como en casa.